viernes, 5 de noviembre de 2010

Cuando hacía el amor con él, y ella estaba situada abajo, le observaba, TAN detenidamente que su mirada se fundía en su cuerpo. Y era tan hermoso para ella, SENTIR ese sentimiento que era incapaz de darle forma o nombre. Abrazarlo, besarlo, acariciar cada recobeco de su suave y hermosa piel, como si fuera algo perfecto y frágil, como si fuese la primera vez, o la última... Sintiéndolo todo con tantísimo amor. Ella era capaz de ver esa escena desde otra perspectiva, de verse a sí misma amándolo a él, y sonreía. Y pensaba lo precioso que era, lo mágico y especial lo que eso llegaba a ser, y quería llorar de lo desbordante que era ese amor, esa felicidad inmedida. Pero sólo SONREÍA; y lo miraba, y lo abrazaba, y lo besaba y lo amaba.