miércoles, 10 de agosto de 2011


Dicen que todo lo bueno se acaba.


Los días que quedan de este verano están contados, se termina, se escapa de nuestras manos. Porque este verano no ha sido un verano de los que descansas y te diviertes... y ya está, no. Ha sido un verano especial. No sé si os ha ocurrido, pero, llegó un segundo que me paré para observar todo lo que estaba pasando, todo lo que había pasado y todo lo que continuará. Me sentí tan bien, sentí el fin del verano, el fin del verano especial. Me he percatado de lo bien que pueden ir las cosas, de lo agradecida que estoy con mi alrededor, con mi forma de vida, con mi familia, con mis amigos y amigas, con mi amor, conmigo misma. Un segundo de esos que sientes como el amor sale de ti, que hasta llegas a visualizarlo salir de tu interior y dices: "¿Ésta es mi vida? No me había dado cuenta hasta ahora." Y joder, es espléndida.
Quejarse, dudar, rechazar y sentir que nada de esto tiene sentido es humano, pero, pensad. Pensad en todo lo que tenéis y que muchos no tienen. De una forma u otra, puedes transformar lo que tienes en felicidad. Yo sinceramente me siento afortunada.


De que lo bueno no se acaba, que continúa.