Probablemente es que sea un insignificante insecto en un inmenso jardín, donde habitan un millar de insectos mucho más grandes que yo.
El problema es que ellos no hablan mi idioma o yo no hablo el suyo, pero tengo la impresión de que uno de ellos habla mi mismo lenguaje, pero aveces no sé donde está. 
Quizás esté volando por esas extrañas nubes, o esté bajo tierra y no pueda oírme. 
Me pregunto si alguien se está divirtiendo conmigo, que esto realmente no sea un jardín. 
¿Estaré en una urna? 
Seré el insecto favorito de un criajo insolente, que simplemente está jugando conmigo. 
No sé donde está el problema, quizás es porque no leí las instrucciones y no sé de que va el juego, y probablemente: 
lo esté haciendo mal.

Yo no soy tan valiente como llegas a pensar,
yo también tengo mis actos de cobardía aunque ni los llegues a notar.
Yo también siento miedo, aunque normalmente lo evite manifestar.
Yo también siento dolor cuando no se me valora.
Yo también me decepciono.
Yo también me canso de algunas personas,
 porque me canso de sus mentiras continuas.
 Yo también siento confusión en millares de ocasiones,
no siempre sé reaccionar.
 Yo también tengo corazón,
aunque pienses que todo me puede chocar.

Aún queda tanto que hacer, mucho por descubrir, por vivir. Por intentar todo lo posible para arrepentirse lo menos posible. Por aprender, por llorar, por reír, por acelerar nuestro corazón o el de otra persona, por parar el tiempo o al menos el momento, por sentirnos bien y sentirnos mal, por divagar, y por soñar, por pasar frío y calor, por sonrojar, por querer pasar mucho más tiempo con cierta persona, por no querer sufrir por otras, por tragar saliva en momentos concretos, por temblar, por cerrar los ojos y escuchar, por angustiarse por intentar cuidar y por ayudar, por enternecer, por suspirar, por pasarlo bien hasta reventar, por trasnochar. Por necesitar y no hacer, y hacer y no necesitar, por beber, fumar, bailar, abrazar, besar, acariciar, y volar, por no poder despedirnos, o por tardar horas en ello, por mirar, por que te miren, por saber ver y por saber que te vean, por oler el aroma de ciertas personas, por tener esos roces de complicidad, por decir la verdad y hacer sonreír, por decir la verdad y hacer daño, por mentir, por jugar, por sentir miedo, por perder, por empezar, por encontrar, por ganar, por morir de amor, por no decir nada y mirar, por mirar y decir todo, por averiguar todo lo que hay en el interior de las personas, por respirar, por callar, por pensar, pensar demasiado, por sentir, por ser yo un poco más cada día, por amar.

Acongoja tu primer movimiento,
de una sutileza y dulzura melancólica,
de diversidad tan hermosa.

Noches reversibles.

¿No ves que lo nuestro es raro?
Sigue intacto en mil pedazos
y no logra romperse.

Respira ileso en sus estados graves,
tanto hablar del fin
que ahora apenas duele.

Y aun así, te reirás,
volvería a revivirlo sin dudar.

Podría ser tan fácil, sería espectacular,
si fueran reversibles aquellas noches de incendio.

Más noches reversibles para saborear
las horas más humildes con un placer más intenso.

¿No ves que si hemos perdido
hemos ganado historias que contar?
Más que algunos tienen.

Recuerda que si caímos en picado
es porque a veces fuimos nubes con la mente.

Si pudiera transformar nuestras noches
en un ciclo sin final.

Podría ser tan fácil, sería espectacular,
si fueran reversibles aquellas noches de incendio.

Pero eso es imposible, el tiempo ganará,
entonces sólo espero que cuando vuelva a sonar
tú pierdas la vergüenza y grites oh, oh, oh ...
grites oh, oh, oh ...

Creo que voy a empezar a romperme, oh, oh, oh ...
grites oh, oh, oh ...
Y ya no me importa que mire la gente.

Oh, oh, oh ...
Creo que voy a empezar a romperme, oh, oh, oh ...
Creo que voy a empezar a romperme, oh, oh, oh ...

No es necesario ser tú mismo siempre; en ocasiones llevas un disfraz.

Mientras sea por una buena causa, mientras sea por un sentimiento sincero.

mientras no hieras a nadie.

Inventar todo un repertorio de palabras bonitas tan sólo para formar parte de su sonrisa del día.

Si escribiese ahora mismo todo lo que pienso sería como una dulce introducción al caos, y siento que me tambaleo sobre las mismas líneas, que mi pensamiento está siendo apropiado y mi escritura inapropiada. Como me gustaría poder conservar dentro de mí, todo lo bueno. Y eliminar todo lo que me ha echo daño. Me niego a que todos seamos humanos. Quizás hay quien no lo merece, y quien incluso sobrepase. Podría tener hoy la personalidad un poco desenfocada. Debería dejar de intentar ayudar las mentes desordenadas, cuando ni siquiera sé si la mía está bien amueblada. Al fin y al cabo de nada sirve huir de algo que llevas atado.

A la altura justa de TUS ojos.